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ANDRÉ CITROËN CREÓ EL PRIMER AUTO EN EL MUNDO PENSADO PARA LA MUJER: EL 5CV

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En un día donde se plantea todo lo que aún falta por lograr para conseguir igualdades entre hombres y mujeres, CITROËN Argentina propone recordar que, en 1922, cuando ninguna otra marca pensaba aún en el público femenino, el fundador de CITROËN, ideó un auto especialmente diseñado para la mujer, que resultó ser un éxito en Europa.

Presentado en el Salón de París de 1922, CITROËN lanzó al mercado su «petit citron»; el CITROËN 5 CV se convirtió en el primer automóvil diseñado para las mujeres.

Los automóviles creados hasta ese momento no tenían dirección asistida ni servofrenos, eran pesados y sus motores exigían que el conductor estuviese atento para regular manualmente el avance del encendido, la mezcla de combustible e incluso la presión en el tanque de combustible para que éste fluyese hacia el carburador. Esto hacía que los autos fuesen destinados casi en exclusividad a un público masculino, ya que conducirlos era una tarea que solo los conductores profesionales podían lograr.

André Citroën siempre pensó ir en un paso más allá, él creo autos para otros públicos: más económicos y más versátiles de usar para los jóvenes y para las mujeres.

Toda la campaña publicitaria del nuevo Citroën 5CV daba a las mujeres más protagonismo incluso que al propio vehículo, ya que, este especial modelo estaba muy bien pensado para que ellas se sintiesen cómodas con su conducción y se animasen a tener su propio auto.

El CITROËN 5CV fue el primer auto fabricado en masa en Europa, y se presentó con colores muy alegres. Su color amarillo, su tamaño y la forma de la parte trasera hicieron que este modelo pronto fuese conocido como «Petit Citron» («pequeño limón» en español, jugando también con el nombre de la marca).

Se trataba de un auto muy ligero con un pequeño motor de 4 cilindros y sólo 5 caballos de fuerza (de ahí su denominación comercial). Su mantenimiento era muy sencillo, su ligereza y sus estrechos neumáticos hacían mucho más suave mover el volante y tampoco era complicado frenarlo sin tener que tener unas piernas de atleta. Pronto llegó a ser un superventas entre el público femenino y se convirtió en una pequeña revolución social en la época.

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